23 Empleados Senior


Análisis y reflexión sobre el artículo “Envejecimiento, productividad y situación laboral” publicado por el Banco de España.


La semana pasada vi como varios medios (1) se hacían eco del mencionado artículo y reconozco que, al leer un par de ellos, me preocupé (por no decir, indigné).
Casi caigo en la tentación de ponerme a refutar muchas de las cosas que se decían, pero, en cambio, preferí buscar y leer la fuente original (2). También he intentado contactar con los autores, especialmente con Aitor, pero no lo he logrado.
El estudio de referencia y sobre el cual escribo hoy, se divide en tres partes:
  1. Evolución de las habilidades cognitivas numéricas y de comprensión lectora de los trabajadores a lo largo de su vida. (luego veremos que no es evolutivo, sino comparativo y por lo tanto no es válido para el contexto que quiere darse)
  2. Revisión de la situación y las tareas laborales del colectivo de más edad teniendo en cuenta el sector de la actividad. (donde veremos que es más condicionante el sector y el nivel de estudios, incluso la economía del país, que la edad)
  3. Análisis de las actividades formativas y sus efectos en las tareas realizadas por los trabajadores según su edad. (siendo este el punto más importante que da en la clave y que permite desmontar el mensaje alarmante de “a partir de los 50 años el cerebro comienza a deteriorarse y hay que cambiar de tarea”)

Os dejo aquí, entonces mi resumen y reflexiones para intentar aportar otra perspectiva más optimista y centrada en lo que SI podemos hacer nosotros mismos para mantener nuestra empleabilidad.

Envejecimiento, competencia numérica y comprensión lectora:
Según un estudio, a partir de los 50 años, comienzan a producirse determinados cambios en el cerebro, de tipo estructural y funcional
El deterioro más temprano se produce en la llamada “inteligencia fluida” que se relaciona más con capacidades de edad temprana (capacidad de atención, velocidad de procesamiento, razonamiento, etc).
En cambio, este deterioro es más lento para la “inteligencia cristalizada” que se relaciona con el conocimiento adquirido a lo largo de un período de tiempo más largo.
Si bien se menciona como edad de inflexión los 50 años, también se aclaran dos puntos importantes:
  • El deterioro depende de factores múltiples, como biológicos, experiencia personal y ambientales.
  • Es posible retrasarlo si se permanece activo, sano y se realiza algún tipo de trabajo físico y/o cognitivo.

Cuando se intenta argumentar este deterioro exponiendo los resultados del PIACC sobre competencias numérica y comprensión lectora, lo primero que destaca es que los resultados de nuestro país son mucho más negativos respecto al resto de los países de la OCDE. (esto no es novedad)
Si bien estos datos son malos, lo que más me ha llamado la atención, es que los resultados NO son evolutivos, como se argumenta en varios medios, es decir, no corresponden a un mismo colectivo evaluado a lo largo del tiempo para ver como “disminuyen” sus capacidades a medida que envejecen, sino que es una foto puntual y lo que se comparan son los resultados de diferentes generaciones simultáneamente.
Yo creo que este punto es CRITICO a la hora de cuestionar todas las conclusiones ya que puede ser que las personas mayores arrojen peores resultados porque los sistemas educativos de su época fueron peores que los actuales y sus capacidades lejos de haber disminuido, nunca se llegaron a desarrollar del todo.

Envejecimiento, situación laboral y tareas en el trabajo:
Aquí se relacionan datos del PIAAC con la Encuesta de Población Activa de Eurostat.
Se mira el tipo de trabajo realizado según la edad, nivel educativo y las habilidades necesarias para desempeñarlo. Veremos luego como en España, el tipo de economía que mueve el país condiciona muchísimo los resultados porque estamos muy centrados en los servicios, especialmente, los relacionados con tareas que implican mucho esfuerzo físico (turismo, trabajo doméstico, agricultura...)
Situación laboral y distribución sectorial de las personas mayores:
Un primer aspecto por resaltar es que, a mayor nivel educativo, mayor participación laboral. Vemos entonces que la educación es un factor determinante muy fuerte. Mi convicción es que la educación condiciona más que la edad y que las personas de más edad sufren más en el plano laboral porque tienen menor nivel educativo que las generaciones más jóvenes, no por ser mayores. Pero insisto que esto es mi visión 100% personal.
El drama que tenemos es la expulsión prematura que muchas personas mayores de 50 años experimentan y que justamente por estar fuera del sistema, sus habilidades se deterioran más rápidamente, entrando en un círculo descendente muy difícil de romper.
Sin embargo, se ve que las personas que se mantienen activas no presentan diferencias significativas en cuanto a su tasa de ocupación, incluso es mayor en las personas de más edad.
También destaca que las personas mayores de 55 años que están en activo suelen estar muy motivadas y son eficientes en lo que hacen. ¡¡¡Este dato es importantísimo!!! Hemos pasado de: “A partir de los 50 años las personas pierden capacidades”, a “las personas mayores de 55 años son eficientes en sus trabajos.” Muy fuerte, ¿no?
Hay un factor que es también muy condicionante para el mantenimiento de las capacidades y no es justamente la edad, sino el sector donde trabaja la persona, que, a su vez, está influenciado por el nivel de estudios. La situación en España es diferente al resto de países de Europa ya que las personas mayores de menor nivel de estudios tienen mayor participación en agricultura, comercio, hostelería y otros servicios (sobre todo doméstico) que es donde mayor esfuerzo físico se necesita, por lo tanto, donde más se dificulta mantener el empleo conforme se avanza en edad.
Vemos cómo se va conformando un puzle mucho más complejo y profundo que hace que nos planteemos seriamente si todo esto sucede porque a partir de los 50 el cerebro comienza a deteriorarse o porque desde pequeños hemos tenido ciertas circunstancias personales, sociales y nacionales que nos han ido condicionando.

Envejecimiento y tareas en el trabajo:
La conclusión general en este apartado es que, a medida que envejecemos, es más complicado desempeñar tareas que requieran esfuerzo físico y, por el contrario, es más fácil trabajar allí donde los conocimientos acumulados y la experiencia previa sean necesarios. Un tanto evidente, según lo veo yo.
Está claro que la experiencia laboral favorece el desempeño de funciones de organización, supervisión y liderazgo.
Lo que sugiere el artículo es que, para poder seguir manteniendo una carrera laboral productiva, sería aconsejable que las personas mayores vayan cambiando de tipo de trabajo y reasignando tareas. Pero esto es algo que hace a lo largo de toda la carrera laboral, no exclusivamente a partir de cierta edad. Todos vamos desarrollando nuestra carrera y evolucionando a lo largo de ella, no siempre de manera lineal, sino hasta de forma caprichosa muchas veces.
Hoy por hoy lo más importante es poder adaptarnos a los cambios y tener capacidad de aprendizaje. Una vez más, no es algo que tenga que suceder por arte de magia a partir de los 50.
Lo que sí es cierto es que, para poder desarrollarnos y cambiar de puesto y de nivel de responsabilidad, necesitamos estar en una empresa que facilite este tipo de movimientos. La realidad es que, en España, el 42% de los trabajadores con poca formación y mayores de 50 años trabajan en empresas de menos de 10 trabajadores. Vemos que la limitación, una vez más, no es exclusivamente la edad.
Sabemos que es más complicada la movilidad o cambio de puesto de trabajo entre las personas mayores, pero, en muchos casos es más por lo que se llama “jaula de oro” que por falta de oportunidades. Pasada cierta edad y ciertos años de antigüedad, tendemos a contar mentalmente con el dinero que nos correspondería en caso de despido y nos cuesta movernos resignando a esta cuantía. Creo que más de uno estará asintiendo con la cabeza.
El dato dramático está en que, si una persona mayor de 55 años pierde su empleo, es más probable que “transite hacia la inactividad” que a conseguir otro trabajo. Cuando leo esto, pienso: “¿Cómo se puede vivir 10 años sin trabajar hasta poder comenzar a cobrar una pensión?” No lo puedo entender… sinceramente, creo que hay algo en todo el sistema que está fallando, y mucho. Lo suyo sería tener el derecho y la oportunidad de continuar trabajando e ir transitando de manera paulatina y flexible hacia una jubilación digna.

Envejecimiento y formación en el trabajo:
Lo que más me ha sorprendido de todo el informe, es que dejan para el final la clave de todo: la formación continua permite reducir o retrasar el deterioro de muchas habilidades.
La formación en el trabajo ayuda a mantener esas habilidades, mejorar la adaptabilidad y flexibilidad y, en definitiva, permite que el empleado mantenga un alto nivel de empleabilidad.
¡Haber empezado por aquí!
El tema está en que en España tenemos un nivel de participación en cursos de formación por debajo de la zona Euro y a mayor edad, menor participación, así que esto sí es un tirón de orejas para todos. No podemos estarnos quietos sin formarnos ni actualizarnos.
La realidad es que quien realiza algún tipo de formación mientras trabaja, adquiere nuevas habilidades y está especialmente motivada. ¿Qué más se puede pedir?
La conclusión es:
“para poder llegar de la mejor manera posible a la edad madura, es necesario ampliar la oferta de cursos de formación continua en edades tempranas de la carrera laboral para retrasar el deterioro de las habilidades.”

Vemos entonces que el Banco de España no está clamando por reasignación de tareas, ni por reducir jornadas de trabajo para las personas mayores. Mucho menos dice que a partir de los 50 años perdemos capacidades.
Lo que quiere decir es lo que se viene hablando hace mucho: Hay que formarse, mantenerse actualizado, estar activos, tener curiosidad y predisposición a la flexibilidad y los cambios. De esta forma, mantendremos y extenderemos nuestra empleabilidad y estaremos sanos y felices durante mucho más tiempo.

Fuentes:
1.Artículos publicados en prensa
2.Artículos analíticos Banco de España – “Envejecimiento, productividad y situación laboral” - autores: Brindusa Anghel y Aitor Lacuesta.) – feb 2020

Fuentes del estudio:
El artículo se basa en los resultados arrojados por diferentes estudios. Ellos son:
PIAAC: Programme for the International Assessment of Adult Competencies (3), impulsado por la OCDE. Consiste en una evaluación internacional realizada en más de 40 países para poder medir las competencias cognitivas y relacionadas con el mundo del trabajo de los adultos. El fin es ayudar a los países a entender mejor cómo la educación y los sistemas educativos pueden ayudar a mejorar estas competencias, especialmente en los adultos. La última evaluación fue realizada en el año 2013.
Labour Force Survey: Encuesta de población activa de Eurostat. (4)


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