11. Movilidad en las personas mayores


Hablar de movilidad es mirar de frente a la vejez.
¿Por qué digo esto? Porque, justamente, cuando empezamos a notar que disminuye nuestra capacidad de desempeñar de forma normal las actividades de nuestra vida diaria es cuando empezamos a sentir el deterioro físico que estamos sufriendo.
Conservar la movilidad es una parte importantísima en el proceso de envejecimiento porque, más allá de estas limitaciones físicas que acabo de comentar, afecta (incluso en mayor medida) a nivel emocional de forma negativa generando frustración, depresión, decaimiento, angustia, rabia, tensión, etc.
Es decir que tiene impacto físico-emocional. La clave está, tal y como vengo comentando en casi todos los artículos en dos cosas: Prevenir y mantenerse Activo.

Podemos hablar de movilidad en tres niveles:

1.       Personal: Relativa a nuestro propio cuerpo
2.       Funcional: Relativa a todo aquello que ayuda o facilita la movilidad, como accesorios.
3.       Estructural: Relativa a los entornos, como vivienda, calles y ciudades. 

1.       Personal:

Los problemas de movilidad más comunes que suelen tener las personas mayores son:
a.       Entrar y salir de la cama o la bañera
b.      Sentarse y levantarse de una silla o sillón
c.       Falta de equilibrio o dificultad en los giros
La movilidad personal se puede y debe trabajar a tres niveles:
1.       Huesos
2.       Músculos
3.       Articulaciones
La clave está no solo en mantenerse activo realizando algún tipo de actividad física, sino también en alimentarse correctamente a partir de determinada edad incorporando y reforzando nutrientes como: Proteínas, magnesio, calcio, vitamina C, acido hialurónico, colágeno, etc.
Ejercicio y Alimentación deben ir de la mano. Los beneficios que traerá esta combinación son numerosos, entre ellos:
  1. Incremento de la densidad ósea
  2. Aumento del metabolismo
  3. Mayor basculación del corazón
  4. Mejor nivel cognitivo y psicológico
  5. Fortalecimiento de la actividad intelectual
  6. Mayor sentimiento de bienestar e integración social
  7. Mejor calidad de sueño

Además de mantener la movilidad, es necesario evitar las caídas ya que tienen consecuencias muy serias en la salud física y mental del mayor.
Esto nos da paso al segundo nivel.

2.       Funcional:

Actualmente, un 10% de las personas mayores utilizan bastón, un 4% un andador y un 3% una silla de ruedas para poder complementar o mejorar su movilidad tanto dentro de sus casas como fuera en la calle.
Es muy probable que el número de quienes realmente necesiten este tipo de ayuda sea mucho mayor, pero son medios que generan bastante rechazo por parte de las personas mayores, lo cual incrementa el riesgo de caída, el miedo y, por lo tanto, genera que su movilidad se vea paulatinamente cada vez más reducida.
Como consejos para ayudar a las personas que tanto utilizan, como a quienes deberían utilizar pero sienten rechazo, podríamos enumerar:
  1. Generar sentimiento de apoyo y empatía
  2. Elegir buenos productos de asistencia y dispositivos que respeten la independencia lo más posible (sistema de teleasistencia, por ej)
  3. Generar estimulación de las articulaciones, realizar ejercicios suaves para alentar a que se valgan por sí mismos.
  4. Mejorar el equilibrio con juegos (gamificación)
  5. Musicoterapia como refuerzo físico y psicológico. 

3.       Estructural:

Este nivel abarca un campo muy grande de estudio y podría centrarme en lo relativo al concepto “Smart Cities”, pero esto lo dejaré para otro artículo.
Lo importante es lograr que las personas mayores permanezcan en su hogar el mayor tiempo posible ya que está comprobado que esto beneficia su salud, el bienestar y, en definitiva, la calidad de vida.
El tema está en determinar si esa permanencia realmente le aporta calidad o pone al anciano en una situación de vulnerabilidad.
Un estudio realizado por el observatorio de La Caixa ha arrojado que los mejores sitios para vivir son, o bien municipios pequeños, o bien grandes ciudades.
Los datos dicen que un 20.1% de los mayores de 65 años viven en un estado de vulnerabilidad residencial extremo.
Los problemas más comunes que tienen sus viviendas son:
                Falta de accesibilidad (5.2MM de personas mayores de 65 años)
                Falta de calefacción (3.3MM de personas mayores de 65 años)
Otros problemas son: falta de aseo, de agua corriente, de alcantarillado, falta de ascensor, edificio en mal estado, hacinamiento, etc.
Sabiendo que hay una relación directa entre las condiciones habitacionales y la salud física y mental de los mayores, es necesario tener este aspecto de la movilidad muy en cuenta.
Algunas cosas que se deberían revisar e intentar adaptar para mejorar la habitabilidad y fomentar la movilidad del mayor, pueden ser:
  1. Sustituir escaleras por rampas o sillas eleva-escalera
  2. Mejorar la iluminación exterior
  3. Eliminar obstáculos
  4. Nivelar aceras y caminos
  5. Utilizar materiales antideslizantes
  6. Cambiar pomos por manijas
  7. Colocar estantes y asientos en sitios clave
  8. Etc

Evidentemente, cuando hablamos de estas medidas, conllevan necesariamente un gasto que muchas veces la persona no puede afrontar.
Es por eso que siempre, siempre, siempre, debemos comenzar por nosotros mismos (que es sobre lo que tenemos poder y es más barato!)
El mantenerse activo y prevenir nos ayudará a mantener una mejor movilidad y evitar caídas.
Para cerrar enumero las principales medidas de prevención propuestas por la Organización Mundial de la Salud:
  1. Educación
  2. Capacitación
  3. Crear entornos seguros
  4. Investigación
  5. Generar políticas.


Espero que este artículo te ayude a tomar conciencia sobre la importancia de la movilidad para la calidad de vida física y emocional.

Gracias!

Fuentes consultadas:

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